miércoles, 2 de febrero de 2011

OPRESIÓN. LA VIDA EXPRIME.


Llevo un mes entre valles y pintorescos paisajes navarros a escasos minutos de la frontera francesa con el Pirineo. Esta noche una fuerte presión en el pecho a modo de ansiedad no me ha dejado descansar, han sido demasiados días de ermitaño. El ángel quiere desplegar sus alas, y de nuevo lo vuelvo a tener todo y en esta ocasión con mayor fuerza y firmeza. Mi combustible vital es el amor, pero no cualquier amor vale, podría "gripar" mi motor si me confundiese de gas.
Por eso voy siempre tan observador con estos temas. Hoy es el primer día del año que de nuevo vuelvo hacer las maletas, esta vez con una sensación diferente, antes tan solo dejaba habitaciones de hotel numeradas con la sonrisa de la recepcionista a la entrada, sustituyendo el "te quiero" que tengo por las mañanas por un "-¿ha consumido algo del mini bar?-".
Hoy es diferente, el hecho de hacer las maletas para no volver a este hogar que tanto anhelaba durante casi un mes, en parte me aterra, supongo que son miedos que generamos al sentirnos bien con alguien. Además cuando este alguien es como tú, perfecto. Y no me refiero a la perfección absoluta, si no a la búsqueda del completo que uno exhausto va en su encuentro. Me siento afortunado, a cada minuto, y no crean que no tengo lo que los humanos llaman "problemas", creo que muchos, pero no puedo dejar que me absorban, ni balanceen como si de una bolsa de supermercado repletas de teta bricks se tratase. A medida que voy escribiendo, mi ansiedad en forma de ajuste en el gaznate va desapareciendo. Mi amor pasó a mi vida en el minuto "uno" de conocerla, y ahora su gran familia me arropa, es muy bello sentirse querido.
El amor de mi chica me ha transportado a un terreno que está vallado, ese espacio de paz que muchas veces buscamos los bohemios, esa dimensión en donde parecemos envasados al vacío. Es un lugar que no existen actitudes sonoras, les voy a explicar ; mi territorio es verde, esmeralda turba, en el firmamento hay dos astros, color miel aveces, tierra otros, el satélite tiene forma de media luna, siempre sonriendo, nada puede borrar esa preciosa sonrisa, sus dedos como raíces fuertes que sostienen y una voz con diferentes registros cada uno acertado para cada situación...al final mi terreno es un espejo y si me sé mirar, observar en él puliré todo lo que me hace daño y eliminando este zanjaré el daño que pude hacer. Me apetece gritar que estoy enamorado y aún más que lo están de mí, porque en definitivas cuentas nunca sabes si estas vivo por lo que amas o por lo que te aman. Y luego el "cuanto" y el "como". Ante está disuasoria prefiero el "como" me agrada como se ama a un ser, más que cuanto, la intensidad es importante hasta que invade círculos vitales, quizás en un tiempo prefiera el "cuanto".
Esta mañana en mi paseo matutino por las orillas del Bidasoa, observaba las aguas cristalinas que le dan vida, todo son sinónimos, cuanto más aislado estás menos te intoxicas, al igual que el agua, y cuanto más elevada de altura mas puro es el afluente. Es complejo despedirse de una vida anterior sin poder muchas veces amputar los recuerdos, pero si tienes un buen compañero de viaje este hace que se sepulten de una manera descomunal. Aún nos quedan sendas por caminar, limpiar e incluso construir, los proyectos y el trabajo son logros y reflejos de nuestra alma hacia un exterior cambiante, diría mutante, palabra que me agrada de forma "alter", ya que me considero uno de ellos; un mutante. Tan lapidado en nuestra sociedad castiza, cuantas veces agradezco haber nacido en el mediterráneo. Allí en donde dentro de la irregularidad todo es normal y comprensible. Siento en mi corazón unas ganas lunáticas de mostrar en público ciertos y puntuales sentimientos, pero en esta ocasión y nueva vida lo haré en privado, ya que aunque exista muchedumbre que cree que me expongo, no es así, lo que para muchos son intimidades, para mi no lo son y mis verdaderas fraternidades las comparto conmigo mismo o con solo una persona muy especial. Lo demás son vivencias que día a día sentimos a cada segundo que acontece de nuestras vidas.
Mañana partimos al mediterráneo, importantes reuniones pueden marcar un futuro en el cual no creía, ya que me había dedicado demasiado tiempo a estacionarme en el presente y no hay presente sin pasado ni pasado sin futuro, lo cual es que debemos vivir con proyecciones, ya que si no podemos estar estancados de por vida.
Ruta... Rioja, Valencia, Alicante, Granada, Sofía (Bulgaría)... y aún sin irme, y con ganas de despertar entre sus brazos y ver su sonrisa.